La solidaridad internacional no es un delito: Proteger el sindicalismo en Túnez

El presidente tunecino Kais Saied ha detenido, demandado y espiado a sindicalistas en una ofensiva contra las legítimas reivindicaciones pacíficas de la UGTT, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2015.

El 18 de febrero, el presidente Kais Saied declaró que la secretaria general de la CES, Esther Lynch, había infringido la ley al amenazar la seguridad del país por su participación en una protesta de la UGTT y la expulsó de Túnez.

En los últimos días, se impidió a otros sindicalistas entrar en Túnez para unirse a una manifestación de solidaridad sindical internacional.

Todo esto ocurre mientras la UE sigue apoyando al gobierno tunecino.

La solidaridad de los trabajadores no es negociable. Un perjuicio para uno de nosotros es un perjuicio para todos.

Nos unimos para:

- Decir al Alto Representante de la UE, Josep Borrell, que defienda los derechos humanos asegurándose de que el apoyo de la UE -incluido el apoyo financiero- esté condicionado al pleno respeto de los derechos humanos, sindicales y de los trabajadores, y que la solidaridad sindical internacional no pueda ser criminalizada.

Apoya a la UGTT en su lucha contra la represión en Túnez porque si nos quedamos de brazos cruzados mientras ocurre allí, ¿quién dice que no puede ocurrir aquí después?